mi primer día como ilustradora profesional

empezar como ilustradora

El primer día que trabajé como ilustradora profesional fue una experiencia que nunca olvidaré. Sentía una mezcla de nerviosismo y emoción. Era un sueño hecho realidad.

Llegué al estudio temprano, con mi portafolio en mano y lista para empezar. El equipo me recibió con amabilidad y me mostró el lugar. Me explicaron el proyecto en el que trabajaría, un libro infantil, y me dieron las primeras indicaciones.

Me sumergí de lleno en el proyecto, trabajando con pasión y dedicación. Pasé horas dibujando, pintando y experimentando con diferentes técnicas. Al final del día, sentí una satisfacción enorme al ver mi trabajo cobrar vida en las páginas del libro.

Ese primer día me marcó para siempre. Me di cuenta de que la ilustración era mi verdadera pasión y que quería dedicarme a ella por el resto de mi vida.