En un mundo cada vez más racionalista, creo que es importante mantener viva la magia y la fantasía. Las hadas representan la conexión con la naturaleza, la imaginación y la capacidad de soñar.
Incorporarlas en mis ilustraciones me permite crear un espacio donde la realidad se mezcla con lo onírico, invitando al espectador a escapar de la rutina y sumergirse en un mundo de posibilidades infinitas.
Las hadas nos recuerdan que hay algo más allá de lo que vemos y tocamos. Nos invitan a creer en lo imposible y a abrir nuestro corazón a la maravilla.
En un mundo que a menudo se siente frío y hostil, las hadas nos ofrecen un refugio de esperanza y belleza.